Tenemos un Conselleiro de Educación que no nos lo merecemos. Ni nosotros, ni nadie. Porque nadie se merece el castigo de que un individuo así pueda tomar decisiones que afecten a su vida (claro que él no hace más que seguir la política que le dictan sus amos). Él tampoco se lo merece. El ser conselleiro, claro.
Cada día y por la puerta de atrás (sabemos que hay órdenes expresas en la consellería de que no se notifiquen estas cosas a los centros antes de que salgan en la prensa), un nuevo recorte. Porque no es sólo la ampliación de la carga lectiva en el horario de los profes (que no la carga de horas semanales de trabajo, según nuestros iluminados dirigentes, lo cual implica que las horas que antes dedicaba a hacer otras cosas tendré que dedicarlas a esas horas más de clase y a subir y bajar a los niños del bus, con lo cual dejaré de hacer esas otras cosas que hacía para mis alumnos).
Los papás y las mamás, que ahora aplauden hasta con las orejas estas decisiones, en cuanto empiecen a padecer las consecuencias de estos recortes, culparán a los profesores, que son unos vagos... Pero no quiero hablar de los papás y las mamás, esos mismos que se empeñan en llevar en el coche a sus hijos hasta la puerta misma del aula (si los dejaran…) por la semana, con el consiguiente peligro de atropello a los otros alumnos, pero que no sé yo donde están los sábados a las 2 de la madrugada cuando sus hijos están en la calle, en la puerta de un pub con una copa en la mano…
Cuando desaparezcan las bibliotecas escolares porque no haya quien las atienda; cuando no se puedan realizar actividades extraescolares y complementarias porque no haya personal que pueda acompañar a los niños; cuando las aulas estén masificadas, con lo que eso supone de perjuicio en la atención personalizada a los alumnos; cuando las cafeterías estén en manos de una empresa de algún amigo de algún mandamás (esta es la última), empresa a la que sólo le preocupa la rentabilidad, y no la correcta atención a los chicos; cuando desaparezca el PROA (Programa de Refuerzo, Orientación y Acompañamiento), que ahora presta su apoyo a aquellos alumnos necesitados de una ayuda “extra” para alcanzar el rendimiento adecuado; cuando desaparezcan los grupos de Diversificación Curricular, dirigidos a aquellos alumnos que pueden obtener el título de E.S.O. con un apoyo específico; las horas de refuerzo educativo;…
En fin, cuando todo esto ocurra, por favor, recuerden que fue la Consellería de Educación en manos (nunca mejor dicho esto de “estar en manos de…”) de D. Jesús Vázquez la que tomó las decisiones, no el profesorado.