PROYECTO APF

"La ignorancia no es una enfermedad.”
Mónica Cavallé
“La ignorancia no es una enfermedad”, afirma Mónica Cavallé, presidenta de ASEPRAF. Y la vida tampoco lo es. Estamos vivos, somos seres vivos, pero también racionales, y la aparente simplicidad de esto encierra en el fondo la complejidad más sorprendente. Vivir es tener una vida. Y esa vida, nuestra, personal e intrasferible, ha de ser “hecha” por nosotros de un modo libre, consciente, reflexivo... Vivir supone resolver dilemas, hacer elecciones, enfrentarse a situaciones dolorosas o desagradables, disfrutar, relacionarse con otros... En fin, algo tan complejo, que necesita tiempo de reflexión a la hora de ser proyectado.

Y pese a eso, no nos tomamos ese tiempo. Todos estamos de acuerdo en que perseguimos la felicidad, pero, ¿cuántos de nosotros la buscamos?, ¿cuántos dedicamos siquiera un mínimo tiempo de nuestros días a reflexionar acerca de qué será la felicidad y cómo podemos hallarla? Damos vueltas una y otra vez a qué vivienda compraremos o alquilaremos, con qué mobiliario la haremos habitable, de qué compañía telefónica nos serviremos, qué coche nos “convence” más, etc. Pero vivimos irreflexivamente, impulsivamente, sin examinar qué es lo que realmente queremos hacer con nuestra vida, sin tener presente nuestro proyecto vital. Con el refranero en la mano, diríamos que montamos un caballo regalado y no le hemos mirado el diente. Pero la vida no es un regalo.
Y es aquí en donde surgen los malestares y los problemas: no tenemos herramientas para manejar las situaciones que la vida nos presenta, nos sentimos desorientados, confusos, tenemos la impresión de que “no podemos con nuestra vida” y, en resumen, nos sentimos mal.
Es entonces cuando solicitamos ayuda. Y no faltan quienes nos la ofrecen: desde el tarot hasta las psicoterapias tradicionales (psicología y psiquiatría), pasando por la religión o los libros de autoayuda, disponemos de una amplia oferta para elegir lo que nos parece más conveniente.
Pero no estamos enfermos. Estamos vivos. Y eso supone enfrentarse a los retos, dudas y dificultades que acompañan al hecho de vivir. Lo que necesitamos es dedicar un poco de tiempo y reflexión a esos “obstáculos” que se interponen entre nosotros y nuestro bienestar. Necesitamos alcanzar un sentido común superior que amplíe nuestra capacidad y posibilidades de encontrar formas eficaces para resolver nuestros problemas y mejorar nuestra calidad de vida. Muchos de esos problemas humanos no ocultan disfunciones psicológicas, sino conflictos de tipo filosófico: concepciones limitadas sobre nosotros mismos y sobre la realidad. Éste es el sentido en el que se interpreta la afirmación de que la ignorancia no es una enfermedad: no debe “curarnos” un médico, sino que debemos buscar la ayuda de quien pueda guiarnos en ese viaje hacia el autoconocimiento.
En virtud de su propia finalidad, consideramos que nuestras actuaciones deben llevarse a cabo en las diversas áreas que integran la vida humana:
  • Cada uno de nosotros interpreta el mundo de modo personal, tiene su propia “filosofía de la vida”, y ésta puede entrar en un momento determinado en conflicto con la propia realidad circundante, situación que puede generar dolor, desorientación, crisis existenciales, etc. Para ello, disponemos de un gabinete de Asesoramiento Filosófico Individualizado.
  • Somos racionales, somos capaces de pensar y enriquecer nuetro pensamiento con las aportaciones y el contraste de las opiniones de individuos distintos. Para ello, organizamos los Cafés Filosóficos y los Talleres de Práctica Filosófica.
  • Somos sociales, formamos parte de un mundo que incluye como factor importante el económico. Si tenemos que trabajar o dar trabajo a otros, si gran parte de nuestras relaciones son de tipo laboral, aspiramos a que éstas sean las mejores posibles. Además, esperamos que las relaciones empresa-sociedad, también respondan a cánones de idoneidad, eticidad, respeto por el medio, respeto al trabajador, etc... Para ello ofrecemos la posibilidad de crear, organizar y gestionar Comités de Ética Empresarial.
Consideramos necesario aclarar taxativamente que nuestro proyecto constituye un camino de ayuda mental y de consejo, pero no de tratamiento: es una alternativa a las psicoterapias en lugar de una psicoterapia alternativa y es un proyecto complementario de apoyo a la educación. No pretendemos sustituir a nadie. Tan sólo aspiramos a colaborar en la formación de ciudadanos y personas libres, responsables, reflexivos y, por qué no, todo lo satisfechos y felices que sea posible.
Y ahí es donde la FILOSOFÍA acude en nuestro auxilio bajo la forma del ASESORAMIENTO FILOSÓFICO y la PRÁCTICA FILOSÓFICA. Ése es su origen y no otro. No negamos el valor que la dimensión teórico-especulativa de la Filosofía tiene, pero reivindicamos al mismo tiempo la realización de su dimensión sapiencial, desde la que se considera que pensamiento y vida, saber y ser, son indisociables. La Filosofía ayuda a vivir, respirar y amar el mundo que nos rodea, y también a nosotros mismos.
Con esa finalidad, y de la mano de Julio González, nace en Galicia el PROYECTO DE ASESORAMIENTO Y PRÁCTICA FILOSÓFICOS. Nuestro proyecto es una oferta de orientación y asesoramiento, dirigida a todos los sectores de la sociedad, basada en la Filosofía Aplicada .